«Cuatro de cada diez libros pirateados son novedades y uno de cada cuatro internautas piratea libros»
"Hoy los ladrones de libros ya no visitan las librerías como ocurría antes con aquellos ávidos lectores pobres que necesitaban leer con urgencia tal o cual título, seguros de que les iba a cambiar la vida. Hoy, con una comodísima impunidad, les basta con acceder a internet y piratear".
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«Piratear es un término cuyo significado no deja de parecer simpático a muchísima gente. Desde niños el corazón anarquista de la mayoría les ha hecho un hueco a los piratas y ahí siguen. Para algunos las descargas gratuitas de libros, también de música y películas, por descontado, constituyen una cualidad característica de los listos, esos que si pudieran se marcharían sin pagar del bar o viajarían sin billete en el transporte público. Piratear no deja de ser, en cierto modo, un eufemismo de robar, igual que piratas es eufemismo de salteadores a mano armada de ratón y dedos más que voraces de los contenidos subidos a las redes, sin ningún complejo ni el menor sentido de culpa, como si fuera un derecho y casi una obligación de los inteligentes. Así la piratería en España en vez de decrecer aumenta. Los internautas que descargan de forma ilegal libros en internet pasaron del 22% en el 2016 al 24% en el 2017. La piratería de libros es la única que ha crecido junto a la del videojuego. Cuatro de cada diez libros pirateados son novedades y uno de cada cuatro internautas piratea libros. Todos estos datos, que tomo del Observatorio de la Piratería y Hábitos de Consumo de Contenidos Digitales, si no fueran exponentes de una situación de harta gravedad, me parecerían paradójicamente tragicómicos. En un país de escaso hábito de lectura, en el que para muchos ser culto supone ser más gilipollas que el resto, el hecho de que los pocos lectores que van quedando estafen a sus escritores favoritos, descargando sus libros gratis, no deja de parecerme una dramática bufonada».
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Carme Riera, presidenta de Cedro.
Fuente: La Vanguardia.