La Unión Europea incentiva la protección de la propiedad intelectual en Latinoamérica
La Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo, por sus siglas en inglés) trabaja en América Latina en la protección de la propiedad intelectual, que representa para Europa un 42 % de su actividad económica, unos 60 billones de euros.
«El proyecto surge por la conciencia de lo que es la propiedad intelectual para el comercio global», señala Pedro Duarte, jefe de IP Key América Latina, una firma seleccionada por la UE para desplegar su estrategia en la región. Esta semana ha tenido lugar en Ciudad de México el primer seminario de alto nivel sobre la observancia de los derechos de propiedad intelectual.
«En la UE hemos hecho un estudio en conjunto con la OCDE donde se ha identificado que a nivel global, el 2,5 por ciento de todo el comercio mundial, que equivale a más de 300 billones de euros, es fruto de este comercio de productos pirateados», aclaró Duarte, que hace hincapié en el impacto negativo de estas prácticas para los países y sus economías.
Para la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi), cualquier creación de la mente humana puede ser considerada propiedad intelectual. Sin embargo, cada legislación establece sus propios límites.
«Este año vamos a empezar un estudio en conjunto con entidades mexicanas que promueva la identificación económica del impacto de la propiedad intelectual en ese país y después en el resto de América Latina», explica Duarte, cuya organización promoverá el trabajo intensivo con jueces de Latinoamérica y la colaboración con las aduanas.
«Una de las grandes problemáticas en Europa y América Latina es la falta de especialización de los jueces y eso tiene repercusiones en el momento de las sentencias y de creación de jurisprudencia», especifica.
El interés de la UE en los mercados de América Latina y El Caribe se manifiesta, sobre todo, en el capítulo inversor. El 41 % de los activos acumulados hasta 2017 de inversión extranjera directa en Latinoamérica proviene de Europa, según establece el informe de Inversión Extranjera Directa en América Latina y El Caribe 2018 elaborado y difundido por la Cepal.
Los sectores que acaparan esa inversión en la región son las energías renovables, telecomunicaciones y el automotor, industrias donde la propiedad industrial e intelectual juegan roles claves. Además, la Cepal destaca que entre el 2010 y el 2014, muchas empresas europeas, en particular españolas, obtuvieron la mayor parte de sus beneficios de operaciones en América Latina.
Para Duarte en la región existe una disparidad de contextos entre los países: «En México el contexto es positivo en el sentido que las entidades del gobierno, específicamente el IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial). Ya hay un gran trabajo y una gran identificación de la importancia de este factor para la creación de empleo, y el desempeño del producto interno bruto».
La propiedad intelectual «ha sido incluida en las negociaciones entre la Unión Europea y México, y también con los otros países de Latinoamérica con quienes hay tratados», agregó Duarte, que ha identificado como prioritario el trabajo en el rubro de indicaciones geográficas, marcas y patentes.
La estrategia de la Euipo es dar a conocer la importancia y el peso económico que tiene la propiedad intelectual e industrial para el futuro del comercio entre la UE y Latinoamérica. «El 18 por ciento del trabajo creado en la Unión Europea, 60 millones de empleos, son creados directamente por las empresas que hacen este distintivo de la propiedad intelectual», añadió.
IP Key, con oficinas en Buenos Aires y México, tiene disponibles unos seis millones de euros del presupuesto de la UE y contarán con al menos cuatro años para promover y pactar las mejores prácticas en Latinoamérica.