Europol alerta del aumento de la producción de bienes falsificados en la Unión Europea

Europol y la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) alertan de que la producción de bienes falsificados dentro de la Unión Europea (UE) está aumentando y de que las redes de crimen organizado suelen recurrir a internet para su distribución.

«Esta producción nacional a gran escala de productos falsificados en la UE se está convirtiendo en un negocio cada vez más rentable para los grupos del crimen organizado», destacan estas organizaciones en el primer estudio en profundidad que realizan con apoyo del Observatorio Europeo de las Vulneraciones de los Derechos de Propiedad Intelectual de la OAMI.

Ambas constatan que aunque la mayoría de productos falsificados en circulación en Europa se fabrican fuera de la UE, principalmente en China, la producción dentro de la Unión está creciendo en Estados miembros como Bélgica, la República Checa, Italia, Polonia, Portugal, España y el Reino Unido.

Otros países como India, Egipto y Turquía también son fuentes importantes de productos falsificados como medicamentos, productos alimenticios y perfumes y cosméticos, respectivamente.

Las redes de falsificación suelen establecer vínculos además con otras formas de delincuencia, como el tráfico de seres humanos -en particular con fines de explotación laboral-, así como con otros grupos criminales, procedentes de diferentes países dentro y fuera de Europa.

«El facilitador más importante para la distribución de estos productos falsificados es internet», aseguran, y atribuyen este hecho a que los precios son más baratos, la disponibilidad es de 24 horas siete días a la semana y la entrega es directa.

El director de Europol, Rob Wainwright, explicó no obstante que «aunque hay un aumento notable en la cantidad de productos falsificados que se producen en la UE, más de dos tercios de las falsificaciones entran en la UE procedentes de China».

En este sentido, se mostró muy satisfecho de que las autoridades chinas cada vez estén haciendo más intentos para hacer frente a la producción de productos falsificados en su país.

El informe cita expresamente que en algunas partes de Madrid y sus alrededores se han infiltrado grupos de crimen organizado chino, que también operan por toda Europa, y que se apoyan en empresas legítimas para facilitar la distribución de los productos falsificados.

Otro de los casos a los que hace referencia el estudio es el de una red criminal, que fue desmantelada a raíz de un proceso iniciado por las autoridades españolas, que distribuía medicamentos como Viagra o productos para combatir la caída del cabello, que muchos consumidores prefieren comprar a través de internet.

La operación se saldó con el arresto de 12 sospechosos, la incautación de varios millones de pastillas falsas, valoradas en 10 millones de euros, así como de grandes cantidades de dinero y coches deportivos de lujo, y la congelación de 7,5 millones de euros en cuenta bancarias del Reino Unido.

Ambas organizaciones están de acuerdo en que la falsificación no solo perjudica a empresas y consumidores, sino que también supone una fuente de financiación para la delincuencia organizada, al tiempo que reconocen que la naturaleza compleja y siempre cambiante del entorno digital hace muy difícil actuar contra este tipo de delito económico.

«Atacar la base financiera de las tiendas electrónicas ilegales a través de una mayor colaboración con las empresas de publicidad y los procesadores de pagos podría ser una vía prometedora», consideran.