La Federación de Gremios de Editores reclama a Cultura que «active» la Sección Segunda para agilizar la lucha contra la piratería en internet

El presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, Daniel Fernández, agradece que se haya puesto en marcha la Ley de Propiedad Intelectual, aunque reclama al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte que "active" la Sección Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual, que debe proteger a los creadores de las vulneraciones de la propiedad intelectual.

Fernández intervino este jueves en la Real Casa de Correos de Madrid durante la entrega de Premios Liber 2015, otorgados por la Federación Española de Gremios de Editores de España (FGEE).

Tanto Daniel Fernández como Antonio María Ávila, director del Liber 2015, se mostraron muy preocupados por la deficiente aplicación de la reforma de la ley de propiedad intelectual en la lucha contra la piratería. «Todo va desesperadamente lento», comentaron, inquietos por la falta de voluntad política para abordar con eficacia un problema cuya solución no es popular.

Daniel Fernández añadió: «Aún estamos pendientes de dos leyes prometidas y comprometidas por Zapatero y por Rajoy: la ley de Mecenazgo y la nueva ley de propiedad intelectual, porque la lucha contra la piratería llega tarde, mal y nunca. Y eso es algo que nos preocupa extraordinariamente».

Pérez-Reverte denuncia «dos puntos negros en la gestión de la cultura»
Arturo Pérez-Reverte, que recibió un Premio Liber por su trayectoria literaria y la repercusión internacional de sus libros, también señaló en su intervención la gravedad del problema de la creciente vulneración de la propiedad intelectual en la red.

El escritor, preocupado según afirmó por el aumento de la piratería en internet, aseguró que «la inoperancia» ante dicha lacra es uno de los «dos puntos negros en la gestión gubernamental de la cultura desde hace mucho tiempo». El otro es «la falta de consideración fiscal».

Así, lamentó «el desprecio con el que los sucesivos gobiernos tratan al libro como objeto cultural y a la cultura en general». Especialmente porque «no parece que nadie tenga intención de corregir esos dos puntos negros», concluyó.